lunes, octubre 30, 2006

Pálida lluvia

Es muy complicado convertirse en un ser coherente, con un camino coherente, definido por unos trazos coherentes que no alteren el ritmo coherente, de una vida que el mundo llama coherente, jajaja, osea, no quiero ser nada coherente hoy...
Solo quiero disfrutar esta canción, de la lluvia, de mi melancolía, de mis proyectos actuales y de hoy.

Esta canción me gusta.

Con la sutileza de Sarah:







Y con la fuerza de la voz de Annie Lenox:




Murmullo incoherente...

I.

Ese infinito que intento mirar no pertenece a lo e-x-terno,
es el lado abierto sin piso ni techo de los sentires,
abismo fractal o montaña glacial,
que a veces me hunde o me hace flotar.


Mi danza desnuda.

II.

-Y Vuelvo una y otra vez a lo mismo porque no soy otra cosa más que este reflejo-
Como una fina lámina de cobre donde todo se/me mira.

III.

La "niña densa de música ancestral" se pasea por la plaza,
bajo el tintineo desigual se tiñen sus zapatos de luna nueva
y color asfalto.


-¿Quién es el señor de la barba que arrastra, sin mirar, los pies?-
Se llevó la mano de la niña que la acompañaba ayer, se llevó también su mirada de miel.

El cielo se contrae hasta caer, cae sobre el techo de la fuente hasta brillar como si las luciérnagas fueran peces, y en sus ojos flotan hasta colgar como miles de aretes.
Hay cuentos que no tienen colores, pero los podemos pintar tal vez...


IV.

Entonces corrí la cortina y me acerqué a la desnudez del balcón para ser arremetida de lluvia…
La sensación de humedad se apodera de todos mis dedos desnudos, sola en el alero mi devoción se hace lluvia, el sonido me divierte hasta sacarme con su mano helada las sonrisas, hasta ver el tapiz difuso que me entretiene por largo rato la mirada. El silencio se desconcentra, no existe mayor sonido que la turbulencia despedazada por todo el cielo que parece infinito.

*

Seguirá, como honor a lo impredecible.

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